sábado, 26 de octubre de 2013



ABEJAS PARA EL MONITOREO AMBIENTAL


Desde hace muchos años la CNEA aporta a la actividad apícola nacional soluciones para el control sanitario de enfermedades de las abejas. Recientemente han aplicado técnicas que utilizan a las abejas para el monitoreo ambiental.

 
En el mundo actual, donde el cuidado y la preservación del ambiente se han tornado de vital importancia, la CNEA realiza un nuevo aporte mediante los desarrollos del sector Apicultura, que funciona en el Centro Atómico Ezeiza. Se trata de técnicas para el monitoreo ambiental empleando a la abeja melífera como indicador biológico de la contaminación radiactiva y química.

La Abeja y sus productos como indicadores de la contaminación ambiental despertaron el interés de muchos investigadores a lo largo de las tres últimas décadas.

Su utilización fue citada por numerosos autores luego del accidente de Chernobyl y sucesivamente fue evaluada su utilidad en monitoraje rutinario, existiendo referencias de casos no accidentales. Los contaminantes pueden ser emitidos en formas de aerosoles que luego se depositan en el suelo y vegetales pudiendo ser incorporados a las plantas a través de las raíces y los estomas.

Los contaminantes, químicos y radiactivos pueden provenir de diversos orígenes tales como la aplicación de agroquímicos en general, la liberación a cursos de aguas de desechos industriales, la presencia natural de determinados elementos en niveles superiores a los aceptables en la corteza terrestre, la radiactividad natural, la ocurrencia de pruebas nucleares, accidentes o instalaciones que operen con material radiactivo.

Así las abejas, en sus vuelos de exploración y recolección de néctar, polen, agua y resinas vegetales, recogen una amplia variedad de contaminantes suspendidos que transportan a sus colmenas y que, en última instancia, se transfieren a los productos de la misma. Bajo esta premisa y el hecho que el insecto puede sobrevolar un área de hasta 6 Km2, su utilización con fines muestreadores resulta de fundamental importancia.

Laboratorios de Japón, Italia, Alemania, Bulgaria y otros se han dedicado durante muchos años a estos estudios, y en Estados Unidos, se ha conformado un proyecto nacional que incluye la participación de organismos oficiales tales como el Departamento de Defensa, el Departamento de Energía (DOE), la Agencia para la Protección del Ambiente (EPA) y las Fuerzas Armadas.

El ejemplo más reciente y público del uso de las abejas como indicadores biológicos de la contaminación, se refiere a la identificación de sustancias componentes de materiales explosivos, en el área ocupada por las Torres Gemelas (Nueva York) luego del atentado ocurrido en el mes de septiembre del año 2001.

En la Argentina

Con el objetivo principal de evaluar los niveles de contaminación radiactiva en áreas circundantes y aledañas a instalaciones nucleares (centros atómicos, centrales nucleares, yacimientos uraníferos) y basándose en los aspectos mencionados y en estudios realizados por el Laboratorio Nacional de Los Alamos (Nuevo México, EE.UU.) por el Instituto de Entomología de la Universidad de Bologna (Bologna, Italia) se llevó a cabo el primer estudio de monitoreo ambiental del Centro Atómico Ezeiza (CAE) empleando a la abeja melífera como indicador.

Las técnicas de análisis por espectrometría gamma y plasma de acoplamiento inducido por espectrometría de masas (ICP-MS) fueron utilizadas para la determinación de la probable contaminación ambiental debida a las operaciones rutinarias del CAE. Los datos fueron acordes a los obtenidos por otras técnicas de monitoreo y reflejan que dichas operaciones no tienen impacto significativo en el ambiente.

En cuanto al sector nuclear, está previsto implementar la técnica de biomonitoreo con abejas en sitios de interés como la Central Nuclear Atucha I (Lima, Provincia de Buenos Aires) y el yacimiento uranífero de Sierra Pintada (San Rafael, Provincia de Mendoza) y extenderlo paulatinamente a todas las instalaciones.

Esta técnica está disponible y podrá ser utilizada para monitorear otros ámbitos, en cualquier parte del país.


FUENTE REVISTA ARGENTINA NUCLEAR




 

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