El aire puro está compuesto por una mezcla de gases en
la siguiente proporción: 21% de Oxígeno, 78% de Nitrógeno y 1% de otros gases.
Una persona según su actividad respira entre 5 a 10 litros de aire por minuto.
Los
Riesgos, su identificación y descripción
Los Polvos, humos y nieblas; son partículas que flotan
en el aire. A veces no se ven ni las huelen, pero, atrapadas en el sistema
respiratorio, causan daños de corta o larga duración y posibilidad de muerte.
Los polvos son causados por moliendas, lijado,
compresión y trituración. Los humos, por operaciones de alta temperatura como
soldadura, fundición o trabajos en hornos. Las nieblas se forman donde se
rocía, mezcla y limpia.
Las partículas menores a 10 micrones no alcanzan a ser
filtradas por las defensas del aparato respiratorio y pueden penetrar según su
tamaño hasta las partes más profundas del sistema respiratorio, produciendo
enfermedades mortales.
Los síntomas de estas enfermedades normalmente no son de
cuadros agudos que puedan ser detectados en forma inmediata, la aparición de
los síntomas es muy tardía a los efectos profilácticos y los daños son
irreversibles.
Los agresores higiénicos como son el plomo, el cadmio o
el mercurio, entre otros, pueden pasar de los pulmones al torrente sanguíneo y alcanzar
órganos como lo riñones, el cerebro y el hígado., provocando graves enfermedades.
Los gases y vapores, invisibles, están en el aire a
temperatura ambiente. Irritan el sistema respiratorio y causan males de corta o
larga duración y aún la muerte, si están muy concentrados.
Los gases vienen en procesos químicos y operaciones de alta
temperatura. Los vapores pueden ser encontrados en los lugares donde hay solventes
para limpieza, diluyentes, pinturas y en refinerías.
La escasez de Oxígeno en el aire es grave y puede traer
inconsciencia y muerte en pocos minutos. La escasez de oxígeno puede ocurrir en
lugares cerrados como tanques o largas tuberías.
Las temperaturas extremas también pueden afectar al
sistema respiratorio, según su temperatura y el tiempo de exposición. Ocurren
en hornos de alta temperatura o en procesos de congelación.
Los polvos, humos y nieblas; pueden irritar la nariz, la
garganta y las vías respiratorias superiores. Algunas partículas, según su
tamaño y naturaleza, pueden pasar a los pulmones y perjudicar los tejidos.
Ocasionando graves trastornos en la salud.
Los Gases y vapores; pueden pasar pronto a los pulmones
y de allí al torrente sanguíneo perjudicando así a órganos internos y en
particular al cerebro. La escasez de Oxígeno da pronto dolor de cabeza y mareos
aumentando los latidos del corazón. Puede perjudicar al cerebro y parar el
corazón.
El aire muy caliente o muy frío daña el tejido de la
nariz, la boca, la garganta y los pulmones y dificulta la respiración.
ELEMENTOS DE PROTECCIÓN
El
respirador
El respirador es la clave para un programa de protección
respiratoria en el trabajo. Cada tipo de respirador protege contra una
sustancia peligrosa distinta que hay en los lugares de trabajo. Es decir que
cada tipo de respirador tiene una función propia.
Respirador de media
cara:
Los aparatos de media cara son los más comunes para proteger la respiración.
Son elementos filtradores del aire que cubren la nariz, la boca y la barbilla
para atrapar partículas en suspensión.
Están constituidos por fibras que atrapan y retinen las
partículas o por sustancias que filtran gases o vapores mientras se efectúa la
respiración.
Bien elegidos y usados, estos filtros permiten el paso
del aire puro filtrado para poder respirar con seguridad.
Los respiradores, no necesitan mantenimiento, están
diseñados para que se los deseche una vez que han sido utilizado hasta el
límite de su capacidad. Este límite es variable en función a la concentración
de la sustancia peligrosa.
Respiradores de
filtro reemplazables: Estos son aparatos purificadores del aire
constituidos por un cuerpo central de material siliconado, que cubre la boca,
la nariz y la barbilla, sujetándose por medio de bandas elásticas a la cabeza y
al que se adosan de ambos lados o en forma central, filtros desmontables
contenidos en elementos denominados cartuchos.
Los filtros contenidos en los cartuchos filtran las
sustancias en forma de gases y vapores, antes que estos lleguen a las vías respiratorias,
si es que el filtro ha sido elegido convenientemente.
Los filtros están compuestos por sustancias químicas
preparadas para absorber determinados gases. Las etiquetas de los cartuchos de
los filtros, indican que sustancia están preparados para retener. Si bien los
cartuchos son desechables es prioritario mantener el cuerpo central en perfecto
estado de mantenimiento, observando su limpieza, la flexibilidad del material y
la inexistencia de perforaciones o fisuras que permitan filtraciones del
contaminante.
Ante la presencia de una combinación de vapores o gases
y partículas, se pueden adaptar prefiltros que capturan las partículas y aseguran
la eficiencia del filtro del contaminante gaseoso.
Respiradores de cara
completa: Este tipo de respirador es similar al de media cara
pero este adosa la protección ocular, ajustándose alrededor de toda la cara.
Sujetándose por medio de bandas elásticas que van por
detrás y por encima de la cabeza. Es importante resaltar ante los trabajadores,
que los respiradores, no protegen contra a escasez de oxígeno, temperaturas
extremas ni concentraciones de polvos, humos y nieblas que superen determinados
niveles de concentración, ni sustancias diferentes a las especificadas.
Respiradores que
pueden surtir aire: Estos respiradores protegen la cabeza, los
ojos y la cara, contra agresores higiénicos. Se conectan a través de mangueras
a una fuente de aire respirable y de esa manera se logra aislar el aire
respirable del que se encuentra en la atmósfera de trabajo. Las fuentes de aire
respirables pueden ser fijas o portátiles según la aplicación que se dé al
equipo.
Los equipos de aire autónomo poseen alarmas que indican
la terminación del aire con anticipación.
Estos equipos son los únicos aptos para funcionar en ambientes con falta
de concentración de oxígeno y extremos de temperaturas.
Por supuesto también pueden utilizarse contra
concentraciones de agresores peligrosas de vapores, gases, humos, polvos y
nieblas.
PARA
MANTENER UN PROGRAMA DE PROTECCIÓN RESPIRATORIA EN FORMA SATISFACTORIA DEBEMOS:
F Seleccionar
adecuadamente los protectores para cada sector de trabajo en función a los
agresores presentes.
F Entrenar
convenientemente a los operarios en su uso y mantenimiento.
F Establecer
un procedimiento periódico de revisión de los equipos de protección y de
verificación de los agentes agresores.
F Realizar
los controles de calidad de los elementos que se adquieren.
F Llevar
todas las actividades mencionadas debidamente registradas.
** Basado
en el trabajo publicado por el Ing.
Mario Jaureguiberry
Facultad
de Ingeniería - Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
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